Talleres para Padres

EL CUERPO Y EL INTELECTO

Psic. Ed. Ulises Espino

Zitácuaro, Mich. Noviembre del 2011

 

Estimulando los sentidos

 

Estimulando los sentidos se genera actividad cognitiva, el cerebro se activa y mediante esta activación se genera respuesta motriz. Cuando un niño observa como un crayón desprende color es el momento justo de la estimulación de su sentido de la vista, enseguida en su cerebro se genera actividad por el agrado que le produce observar esos colores y la respuesta motriz es continuar empujando el crayón en la superficie que este coloreando… Así es como se unen las experiencias motrices con el desarrollo del intelecto (cognición). 

 

Se puede comprender entonces, que mientras mayores experiencias motrices tenga un niño mayor será su desarrollo del intelecto (cognitivo), ahora sabemos además que estas experiencias deberían estar sobre todo relacionadas con la estimulación de los sentidos. Llámense  entonces experiencias sensoriales por dirigirse al trabajo específico con los sentidos del cuerpo humano en la infancia.

 

Sonidos, sabores, olores, colores, tersuras llegan a las neuronas infantiles y entonces éstas generan diversidad de movimientos motrices en el niño. Las sensaciones son la comida con la que se alimenta el cerebro.

 

El cerebro debe organizar las sensaciones para que el niño aprenda a moverse y comportarse adecuadamente, sin estimulaciones de los sentidos, las sensaciones no serán digeridas por el cerebro y no nutrirán al cerebro. En cambio con una vasta gama de experiencias motrices el cerebro irá integrando significados a cada sensación, cuando todo lo que tocamos, olemos, escuchamos, saboreamos, vemos tiene significado es cuando el proceso sensitivo está culminando y el intelecto (cognición) se está estirando de manera positiva.

 

Ejemplo: El niño ve un lápiz (estímulo), siente que es un tubo delgado (sensación), piensa que es un lápiz (interpretación-significado), puedo escribir –piensa- y lo hace (comprensión-respuesta motriz).

 

Este proceso sensorial (estimulación de los sentidos) se inicia cuando el niño es un feto dentro de mamá, siente los movimientos del cuerpo de su madre, su voz, su calor, su tranquilidad. Y se culmina a los 7 u 8 años de edad cuando el niño necesite aprender habilidades mentales y sociales más complejas.

 

¿Cuáles son los sentidos más importantes? Existen más sentidos de los que comúnmente conocemos, veamos:

 

Sistema táctil: Tacto

Sistema vestibular: Equilibrio y movimiento

Sistema Propioceptivo: Conciencia de dónde se encuentra nuestro cuerpo

Sistema visual: Visión

Sistema auditivo: Escuchar

Sistema gustativo: Sabores

Sistema olfativo: Oler

 

Sistema táctil: Este sistema funciona de dos maneras.  Éste nos ayuda a protegernos a nosotros mismos, y a entender las cosas en nuestro mundo, a través del tacto.  El componente protector juega un papel importante en la supervivencia y en la consciencia general de nuestro entorno.  Éste detecta la temperatura, el contacto ligero y general con la piel.  Si el sistema táctil siempre está estimulado, éste puede provocar que usted sea extremadamente sensible al tacto.  Éste es el sistema que le detecta una araña en el brazo, y le permite reaccionar sacudiéndose la araña.

 

Sistema vestibular: Es nuestro sentido del movimiento y la gravedad. Es la manera como sabemos cuándo estamos de pie, de cabeza, al lado izquierdo, al lado derecho, en posición horizontal y en posición vertical.  La información vestibular nos indica si estamos moviéndonos o no, con qué rapidez nos estamos moviendo, y en qué dirección lo estamos haciendo.  Éste nos da un sentido de seguridad cuando tenemos los pies bien plantados sobre la tierra.  Si los niños tienen una ineficacia con este sistema, podría parecer que tienen miedo al no pisar el suelo.

 

Sistema propioceptivo: Se trata de procesar la información inconsciente que obtenemos de nuestros músculos y articulaciones.  Ésta nos da información acerca de la posición de nuestro cuerpo, con qué rapidez nos estamos moviendo, y la cantidad de presión y extensión que necesitamos para realizar tareas.  Por ejemplo, cuando extendemos el brazo para levantar un vaso muy llena de café caliente, sin pensarlo, preparamos nuestro cuerpo para hacer esta actividad.  Adaptamos la velocidad a la que nuestro brazo se mueve, para no tirar el café, y la cantidad de presión que usamos para levantar el vaso, para no comprimirlo al apretarlo demasiado fuerte.  Constantemente adaptamos nuestros músculos, dependiendo de la actividad.  Los niños con dificultades en esta área podrían tener problemas para “controlar” sus músculos, y utilizar mucha fuerza o no utilizar la fuerza suficiente con las actividades.

 

Los sentidos táctil, vestibular y propioceptivo son los pilares en el desarrollo sano del niño, le ayudan a dirigir sus ojos y oídos para entender al mundo externo de manera correcta, son los primeros en madurar.

 

Por tales motivos proponemos que desde casa el niño tenga una amplia gama de experiencias motrices dirigidas a al desarrollo de los sentidos, incluyendo el sentido propioceptivo y vestibular.

 

Para mayores informes sobre actividades para jugar en casa o la escuela y trabajar los sentidos de los pequeños es conveniente comunicarse con el Psic. Ed. Ulises Espino.